En algún lugar de aquel bosque
encantado
se me paró el reloj,
y apenas me di cuenta
de lo tarde que se había hecho
cuando apareciste de la nada. ¿Recuerdas?
De repente
me vi pequeña
entre aquellos troncos de bambú
y quise colgarme de ellos
como un koala.
Pero, en su defecto,
me colgué de ti.
Te gustará saber que lo recuerdo
a menudo.
Cuando los paisajes son verdes
y los días soleados;
cuando mis ojos
te buscan
en el color verde esperanza
y se me aceleran los pies
y los latidos;
cuando la vida te susurra que me pienses.
Piénsame
para que exista(n), esos castillos de arena
que construíamos juntos
donde rompían las olas
y las palabras
mientras nos arreglábamos los miedos
que nos habían contado.