lunes, 18 de mayo de 2015

En clave de mar


-         - Tiene la mirada tan pura que la noche es oscura si no la mira.

Sus andares avanzan,
lúgubres y tenues
junto a la orilla del mar.
Las olas se disputan ante sus pies
la llegada a tierra virgen,
humedecen aquello que es árido,
para dar vida a lo que creen muerto.
Y sus pies
colisionan con ellas,
sin detenerlas,
pero impregnándose de ellas.

También están muertos.

Anda solo,
pero otras huellas le acompañaron,
esas que el mar borró
 en su vaivén desesperado,
en sus gritos
de dar vida a lo que yace dormido.
Ya no hay huellas en la arena,
pero otras le acompañan,
se albergan en su interior,
y nadie alcanza a verlas,
por eso creen que no existen,
¿qué sabrán ellos?

Oigo el pensamiento de unos pies
que avanzan sin rumbo,
en busca de nada.

Me buscas en la nada,
pero ya no te sigo.