domingo, 10 de enero de 2016

Instantes

Una taza de té con canela. El hielo rozando tus labios rojos color sangre. El calor subiendo por mis mejillas, ruborizándolas. Un eco lejano de una voz desconocida, mis oídos sordos. Enmudezco, me pierdo en el instante; tú y yo. Pienso en congelarlo dentro del hielo de tu taza, pero el calor de mis pensamientos lo derrite y desaparece al ritmo que avanzan las agujas del reloj.  Es tiempo que se va, pero lleva tu nombre.